El empresario neoyorquino Jacob Ostreicher lleva 10 meses detenido en una de las cárceles más revoltosas de Bolivia sin haber sido instruido de cargos. Ha bajado más de 13 kilos (30 libras) ante la impotencia de no poder hacer nada mientras, asegura, observa cómo lo despojan de un negocio de producción de arroz en el que invirtió millones de dólares.
Luego de más de dos docenas de audiencias judiciales, los fiscales no han presentado evidencia que respalde sus declaradas sospechas de que el estadounidense de 53 años haya lavado dinero proveniente del narcotráfico.
Y esta semana, el juez principal se marginó del caso, lo que representa más semanas de demora.
“Esta es la estafa del siglo”, se queja vía telefónica Ostreicher, angustiado, desde la prisión de Palmasola. “Es como si me hubiese secuestrado gente amparada por la ley”.
La fiscal Jeanette Velarde se negó a hablar con la Associated Press sobre las quejas de Ostreicher. Altos funcionarios bolivianos, por otro lado, no hay querido comentar el tema, si bien diplomáticos estadounidenses han intercedido a los niveles más altos para tratar de sacar a Ostreicher del laberinto legal en que se encuentra.
Los problemas comenzaron cuando Ostreicher, propietario de un negocio que instala pisos en Brooklyn, y un grupo de socios suizos decidieron invertir 25 millones de dólares en la compra de tierras para cultivar arroz en las llanuras orientales de Bolivia hace cuatro años.
Andre Zolty, uno de los inversionistas suizos, dijo que la idea vino de una abogada colombiana, Claudia Liliana Rodríguez, quien hizo para él algunos trabajos mientras ella era estudiante en Ginebra.
“Cometí un gran error al confiar en esa mujer Liliana”, expresó Zolty.
Parte de las tierras que Rodríguez compró para la empresa resultaron ser propiedad de Ozzie Dorado, hermano de un narcotraficante que en 2001 había escapado de una prisión brasileña y que, de acuerdo con los inversionistas, entabló una relación romántica y financiera con la abogada.
Cuando los inversionistas comenzaron a sospechar en el 2010 que Rodríguez los estaba estafando, enviaron a Bolivia a Ostreicher para poner las cosas en orden. Terminó despidiendo y demandando a Rodríguez.
El narcotraficante, Maximiliano Dorado, fue arrestado por la policía y deportado a principios de 2011 a Brasil, donde regresó a prisión. Había sido hallado culpable de narcotráfico, asesinato y lavado de dinero.
Rodríguez, de 32 años, subsecuentemente terminó presa en Bolivia, acusada de lavado de dinero y tráfico de drogas.
La mujer de 32 años no quiso acceder a una entrevista. Su abogado, Oswaldo Flores, dijo que su relación con Dorado era estrictamente comercial y que ella no sabía que era un narcotraficante cuando compró las tierras.
La conexión de Dorado con la empresa arrocera llevó a las autoridades hacia Ostreicher.
Durante la audiencia del 4 de junio en la que se ordenó el arresto del neoyorquino, la fiscal Velarde dijo que el estadounidense realizó varias inversiones con “capital de procedencia dudosa”
Pero mientras los meses se han extendido, los funcionarios nunca han generado la evidencia suficiente para justificar cargos formales y han ignorado información que sostiene lo contrario, según los inversionistas.
/www.elnuevoherald.com/
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