desestabilizador que empiezan a ejecutar en sus primeros pasos. Utilizarán a la prensa tradicional para asustar a su público, con sendos comunicados “sobre el peligro de la Constituyente”. En esa línea descalificarán a la misma, con la idea de que fracasó dicho esfuerzo. Posteriormente ordenarán movilizaciones en aquellos lugares donde es posible aprovechar el miedo, financiando y comprando conciencias débiles y tradicionales. Finalmente intentarán negociar con sectores de oposición blanda: partidos de ultraizquierda y sindicatos afines (troskistas, magisterio, salud), sectores que ven peligrar sus privilegios (cooperativistas mineros, transportistas y comerciantes medianos) y sectores de clase media conservadores. Es un plan a todas luces cronometrado. Sólo los ilusos, los otra vez, como en épocas recientes de nuestra historia, aparecen los “salvadores de la Patria”. Espantados de que las cosas cambien, y cambien de verdad. Estos salvadores son por supuesto personajes de las colonias árabes como los Mustafá (presidente de la confederación de empresarios privados) o los Dabdoud, o los Sherhan o los Asbún. Junto a personajes de las colonias croatas (los Petricevic, Marincovic que tienen en sus manos la prefectura de Santa Cruz y el Comité Cívico de esa ciudad.), alemanas y españolas, han diseñado un planconfiados y los ingenuos que creen que estos grupos coloniales han cambiado de mentalidad, y hoy son parte de la democracia, por lo que se debe confiar en sus acciones. Pues no han cambiado. La democracia neo-liberal ha sido para ellos un simple negocio, una repartija de poder para el saqueo y la ganancia libre.
Debemos alertar a todos los movimientos sociales del área rural, las ciudades intermedias y las ciudades de que este plan no es un simulacro más. Ante la cercanía del 6 de agosto, estos grupos anti-bolivianos empiezan a barajar sus
cartas que tenían bajo la manga. Impotentes en las ideas y su poca disposición y costumbre democrática empiezan a reaccionar como siempre lo hicieron: en la sombra de la oscuridad y las cloacas del poder colonial, de su mentalidad del apartheid y de su destino manifiesto. La ingenuidad y la seguridad puede conducirnos a la duda en los cambios: a la posibilidad de romper con la historia tradicional, a la posibilidad de construir otro tablero de ajedrez para este país. Y dependerá de la evaluación que hagan los líderes y los compañeros de base
entregados a estos cambios; pero es nuestro deber alertarles de los planes que dibujan los coloniales, utilizando a la prensa en nombre de la libertad de expresión, manipulando abiertamente en sus mensajes mediáticos las noticias y los acontecimientos cotidianos.
Existe un complot abierto. La libre expresión y los shows mediáticos, sobre todo en televisión, estarán a la orden del día, con entrevistas de voceros empresariales, eclesiásticos, políticos y “gente bien”, representantes de sociedad. Enarbolando la paz y la fraternidad de este “país pacífico” y cristiano, etc. Lo penoso es que los medios de comunicación en manos del gobierno, no han dado hasta hoy muestras de creatividad y utilización eficaz. Siguen con lo clásico y aburrido, que no creo que vean ni siquiera sus propios sindicatos. Realmente es una pena. Con tantos jóvenes creativos en busca de espacios para su realización…siguen contratando a burócratas y buscapegas, que poco tienen que ofrecer y aportar al tema complejo de los medios de comunicación, sobre todo en la televisión y el Internet.