LA PAZ — Las escuelas bolivianas empezaron a aplicar el lunes, con el inicio de los cursos, una reforma educativa aprobada por el gobierno de Evo Morales que busca revalorizar cosmovisiones indígenas, con contenido "revolucionario y antiimperialista", en medio de la confusión ciudadana y el rechazo de sindicatos de profesores.
El nuevo sistema, que deberá aplicarse gradualmente, establece que la educación "es descolonizadora, liberadora, revolucionaria, antiimperialista, despatriarcalizadora y transformadora de las estructuras económicas y sociales".
Además, indica que es necesario "universalizar los saberes y conocimientos propios, para el desarrollo de una educación desde las identidades culturales".
A pesar de que este lunes el curso escolar comenzaba en todo el país, la mayoría de los maestros dijeron que no les llegó ningún material para empezar a ejecutar el nuevo sistema, aprobado en diciembre de 2010.
Como en cada inicio de curso, a los colegios públicos y privados fueron llegando miles de escolares para comenzar clases.
"Estamos teniendo problemas con el nuevo pénsum (plan) de estudios del gobierno que no se ha socializado, hay mucha confusión", afirmó el presidente de la Junta Escolar del colegio Venezuela de La Paz, Roberto Ayala.
"Hasta ahora estamos utilizando el anterior sistema educativo porque el gobierno no nos ha enviado nada", dijo otro maestro del colegio público Hugo Dávila, entrevistado por el canal de TV-PAT.
El nuevo plan de estudios para los 12 años de escolaridad (divididos en primaria y secundaria) agrupa el sistema educativo en cuatro áreas o ejes que son novedad, si bien algunas materias ya existían en el sistema educativo antiguo: Cosmos y Pensamientos; Comunidad y Sociedad; Vida, Tierra y Territorio y Ciencia, Tecnología y Producción.
La materia de Religión, de contenido judeo-cristiano, históricamente vigente en el sistema educativo, será cambiada por la de "Valores, Espiritualidad y Religiones", en las que se enseñará la cosmovisión de los pueblos indígenas que -según el gobierno- está centrada en el respeto a la Madre-Tierra (Pachamama).
La religión cristiana es vista, a partir de la reforma, desde un punto de vista crítico.
"La evangelización en la fe católica fue uno de los primeros mecanismos de enseñanza instituidos de manera sistemática a cargo de varias órdenes religiosas, siendo a su vez uno de los más fuertes sustentos para el establecimiento del orden colonial", dice la norma.
Otras materias, como matemáticas, establecen conceptos que hasta ahora no han sido aclarados por el gobierno.
Una de las ideas en referencia a la asignatura de los números dice, por ejemplo, que se estudiarán las "simbologías numéricas en las culturas del Abya Yala (como algunos indígenas llaman a Sudamérica): los números naturales en el Cosmos y los números enteros en la economía de nuestros pueblos ancestrales".
La materia de lenguaje, en el eje Comunidad y Sociedad, establece que se estudiarán los "sistemas de lenguaje creados en el Abya Yala" y "manifestaciones no literarias relacionadas a la Madre-Tierra y el Cosmos".
La nueva reforma educativa comenzará a aplicarse de manera gradual este año y se capacitará a los maestros, pues implica cambios radicales respecto a sistemas que estuvieron vigentes casi desde el siglo pasado.
"La nueva malla curricular (plan de estudios) será aplicada de manera concertada. Los maestros irán viendo con el tiempo y haciendo comparaciones entre el anterior sistema educativo y el nuevo", afirmó este lunes el ministro de Educación, Roberto Aguilar.
Aguilar reconoció que hay oposición de sectores de la sociedad, principalmente de algunos sindicatos de maestros, que consideran que la reforma educativa enfatiza la visión del animismo.
Reivindicar el animismo de los pueblos ancestrales es "retroceder unos dos siglos", pues el conocimiento indígena es "precientífico, empírico e intuitivo", afirmó en conferencia de prensa el dirigente de los maestros de La Paz, José Luis Álvarez, principal crítico de la reforma.
"Vamos a mostrar que lo que afirmamos nosotros no es falso", agregó.
Según datos oficiales, unos 3,5 millones de niños y adolescentes están matriculados en el sistema educativo boliviano.
AFP
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