miércoles, 19 de octubre de 2011

“Bienvenidos hermanos del TIPNIS”, grita la multitud conmovida en La Paz


“¡Evo decía que todo cambiaría; mentira, mentira, la misma porquería!”

Más de 1.200 originarios de tierras bajas integrantes de la VIII Marcha Indígena llegaron este miércoles a la ciudad de La Paz luego de 64 días de caminata. Decenas de miles de ciudadanos y ciudadanas de todas las edades y clases sociales colmaron calles y avenidas para darles la bienvenida.

El 15 de agosto salió de Trinidad la VIII Marcha Indígena en defensa del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) con rumbo a la ciudad de La Paz, y dos meses después llegó a su destino, después de sortear innumerables obstáculos, incluidos bloqueos masistas y una brutal represión policial.

Los indígenas de tierras bajas siempre fueron bien recibidos en la sede de gobierno en anteriores movilizaciones, y por ello no dudaron en ningún momento que en esta oportunidad también gozarían de la hospitalidad paceña. Sin embargo, nunca imaginaron tan cálido recibimiento de una multitud conmovida.

Los indígenas recorrieron este miércoles el último tramo de la VIII Marcha. A primera hora partieron de Urujara al norte de la ciudad, pasaron por los barrios de Chuquiaguillo, Villa El Carmen y Villa Fátima, bordearon la plaza Villarroel, continuaron bajando por la avenida Busch hasta el estadio Hernando Siles, siguieron por la avenida Camacho, subieron por la calle Ayacucho, ingresaron a la Plaza Murillo, donde se encuentran los Palacios del Ejecutivo y Legislativo, y luego de dar un vuelta triunfal continuaron hasta la Plaza Mayor, donde fueron agasajados por una multitud.

Miles de niños, estudiantes y ciudadanos formaron un cordón humano a lo largo del trayecto. Todos aplaudían, saludaban y ovacionaban a los marchistas, algunos con un nudo en la garganta y sin poder contener las lágrimas. Niños y jóvenes de colegios fiscales de Villa el Carmen esperaron impacientes a los visitantes con bolsas de refresco y emparedados. Los vecinos de la zona también aguardaron bien provistos de alimentos. Más tarde todos comprendieron que su solidaridad había rebasado la capacidad de los estómagos de los marchistas.

Cuadras más abajo, en Villa Fátima, las caseras del mercado aventaban alimentos y frutas a la volqueta que transportaba los víveres de los indígenas. A medida que avanzaba la marcha, más gente se plegaba a la hilera humana, sobre todo estudiantes de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), estudiantes de secundaria, jóvenes activistas, maestros, amas de casa y población en general.

“Esta marcha no es pagada, es voluntaria”, exclamaban los marchistas urbanos, en alusión a la movilización que montó el MAS el 12 de octubre, repartiendo bonos y obligando a marchar a los funcionarios públicos. “Si Evo quiere coca, que siembre en Orinoca”, gritaban los paceños y paceñas esta tarde, dando rienda suelta a su creatividad alimentada por la bronca contenida: “¡Evo bellaco, el TIPNIS no es tu cato!”; “¡Evo decía que todo cambiaría; mentira, mentira, la misma porquería!...”.

Los masistas observaron estupefactos, y tal vez con un poco de envidia, la imponente movilización espontanea. Algunos periodistas aseguraron que la contramarcha masista del 12 de octubre se quedó chiquita comparada con la marcha pro indígena de este miércoles, en cantidad, calidad y entusiasmo.

Desmoralizados y sin argumentos, los militantes del MAS continuaron difamando a los indígenas "ingenuos y manipulados" por la “derecha”. “Más allá de la legitimidad de sus demandas, es increíble que los marchistas no puedan discernir que están siendo utilizados para dañar la imagen del presidente Evo Morales, esa derecha que nunca bajo la guardia y no la bajará”, dijo la opinadora Lilian Ergueta en una de las tantas cadenas evistas que pululan en Internet.

Es cierto que la derecha reaccionaria ha mutado y ahora es ferviente defensora de los indios y de la Pachamama, pero los masistas en general culpan de ello a los indígenas. En la lógica de Ergueta y otros masistas, pareciera que los marchistas del TIPNIS tienen la culpa de que “Nada menos que el canal 36 cadena A (que a toda luces tiene muy definida su posición derechista) solicita ayuda para los ‘hermanos’ indígenas del TIPNIS con un fondo de música ‘Coraje’, aquella pieza musical emblemática de las luchas revolucionarias…”.

El canal estatal Bolivia TV se vio obligado a transmitir en directo la multitudinaria marcha ciudadana que ingresó a Plaza Murillo, pero la reportera y el presentador de noticias intentaron minizar e incluso desacreditar la manifestación. A ambos les llamó mucho la atención la masiva participación de "gente ajena"; en su criterio, la presencia de un "ama de casa" "desvirtuaba" la marcha indígena.

Redacción Bolpress

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