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La calma regresó hoy a Bolivia tras una jornada de paro violento y antidemocrático, condenado por el gobierno y los movimientos sociales por su evidente carácter político.
Los principales noticiarios del país reflejan imágenes de la violencia impuesta por ebrios grupos de choques, que incluso agredieron a periodistas que desmintieron la "ley seca" de la convocatoria.
El viceministro de Régimen Interior Rubén Gamarra aseguró que el paro fracasó, pues tuvo como componente esencial la violencia y el enfrentamiento, pese a su supuesto carácter cívico.
En el departamento de Santa Cruz, plaza fuerte de la oposición y cuna de esta medida, bandas exaltadas de la Unión Juvenil Cruceñista tomaron calles y rotondas, arremetiendo contra quienes desacataban el paro.
Ataviados con chalecos blancos que llevaban la leyenda "Autonomía es trabajo", dichos vándalos saquearon varios puestos de venta en mercados y golpearon y extorsionaron a sus propietarios golpeados.
La fuerza fue el mecanismo para obligar a cumplir lo que había determinado la reunión de dirigentes cívicos, prefecturales, empresariales y afines a los partidos de oposición.
Alfredo Rada, ministro de Gobierno, aseguró que tal hostigamiento debilita el argumento opositor sobre la conciencia ciudadana.
La violencia también apareció en las ciudades de Cochabamba, Trinidad y Riberalta, y en el departamento de Beni, donde fueron destruidas las oficinas del Movimiento Al Socialismo (MAS).
"Este paro es eminentemente político y antidemocrático, porque hablar de autonomías de facto, no es nada otra cosa que ir en contra de la Constitución Política del Estado y de la ley", señaló Gamarra... ... (Ver más)
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