Quien lo hubiera pensado siquiera, de la noche a la mañana, quienes dijimos no a la democradura neoliberal, hoy somos considerados dictadorzuelos de quinta línea, no solo somos malos por ser indios, sino también por “atrevidos”.
Habernos atrevido a lograr la presidencia para Evo Morales, ha sido la peor afrenta que se hizo contra las “oligarquías birlochas y provincianas y sus elites con cerebro retruécano”.
Bolivia ha visibilizado su cara racista, su xenofobia señorial, su acomplejamiento de superioridad y obviamente su inferioridad por el mismo hecho.
Algunas ciudades que vemos como progresistas o ilustradas no son más que huecos de privilegiados, de señores con apellidos de paranoia y señoronas acomodadas y chillonas, aunque jamás sean burguesía ni siquiera de la “enana y deforme”. Así están las cosas por un lado.
Por el otro, por aquel que muchos combatientes luchamos durante el largo proceso de resistencia antineoliberal, vemos con terrible sorpresa que nuestro mayor sueño, nuestra mayor venganza contra la herencia colonial, se ha convertido en el lugar exacto de nuestras pesadillas: la Asamblea Constituyente
Que duda cabe, muchos y muchas ciframos esperanzas en que Bolivia llegue a un encuentro social, a un nuevo pacto social, a una nueva Bolivia profundamente igualitaria y humanizante, y qué tenemos: odios históricos irresueltos en pleno afloramiento, revanchas contemporáneas por los privilegios perdidos... ... (Ver más)
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