La situación política de Bolivia se complicó tras las declaraciones del gobernador de la tercer provincia más rica del país. Manfred Reyes Villa, gobernador de Cochabamba, pidió la renuncia del presidente Evo Morales, a quien acusa de 'haber empujado a los bolivianos a la división regional y de sembrar el odio entre los denominados indios y q'aras (blanco-mestizos)'.
La respuesta oficial no se hizo esperar.
Alex Contreras, vocero presidencial, dijo que Reyes Villa "nunca sirvió al sistema democrático", y recordó su paso por el régimen dictatorial de Luis García Meza en 1980. "El pueblo eligió a Evo Morales Ayma con el 54% de apoyo para que gobierne el país durante cinco años. Ese pueblo debe salir ahora a responder ante este atentado", agregó el portavoz .
La sombra de posibles enfrentamientos empieza a hacerse sentir mientras dirigentes del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido del presidente Morales, anuncian la movilización de 38 municipios en rechazo a los dichos de Reyes Villa.
Los hechos ocurren en el marco de la puja de Morales con la provincia de Santa Cruz de la Sierra, la más rica del país, y de la polémica por el posible traslado de todos los poderes de la República a la ciudad de Sucre.
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