El gobierno del presidente Evo Morales descartó ayer una reunión con opositores para buscar una solución al conflicto que vive el país, al tiempo que respaldó la movilización de organizaciones sociales para defender la Asamblea Constituyente.
El vicepresidente Álvaro García Linera dijo a la radio estatal Patria Nueva que el Ejecutivo "no ve ni necesario, ni importante" una reunión política para analizar la situación, pero, en cambio, sostuvo que una "cumbre" de movimientos sociales en Sucre "era una idea excelente".
En esa ciudad del sur de Bolivia tiene su sede la Asamblea que la semana pasada paralizó sus debates debido a las jornadas de violencia vividas en las calles, en las que fueron atacados varios constituyentes del oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS).
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