“Si bien un comandante de fuerza puede tomar decisiones que impliquen mover equipos de su fuerza u otro tipo de movimientos, sí o sí debe dar parte al comandante en jefe, debe avisar lo que determinó”, indicó un ex comandante del Ejército, militar que se encuentra en retiro.
El martes, el ahora comandante de las Fuerzas Armadas, general Tito Gandarillas, aseguró en una entrevista con ERBOL que él determinó por iniciativa propia enviar dos aviones a Rurrenabaque (Beni) para trasladar a los indígenas que horas antes fueron reprimidos por policías, el 25 de septiembre del 2011.
Otro militar en retiro manifestó a Página Siete que las determinaciones que puede asumir un jefe de fuerza (en este caso cuando Gandarillas era comandante de la Fuerza Aérea Boliviana), debe ser de absoluto conocimiento del comandante en jefe de la institución castrense.
“Si él, como jefe de la FAB, tomó la decisión de llevar dos aviones hasta Rurrenabaque, inmediatamente después tuvo que haberle informado al comandante de las Fuerzas Armadas”, señaló. Después señaló que en el caso de la intervención a los indígenas, “Gandarillas no actuó por iniciativa propia. Alguien le pidió que lleve los aviones hasta ese lugar, porque él seguramente no estaba enterado de lo que estaba pasando allá”, señaló.
En el artículo 62 de la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas (LOFA) se establece que los comandantes de fuerza deben “realizar actividades de acción cívica, coordinando y supervisando su ejecución de acuerdo a las directivas del Comando en Jefe de las Fuerzas Armadas”.
En la entrevista con ERBOL, Gandarillas manifestó que la intervención a los indígenas le tomó por sorpresa y tomó esa determinación como prevención, “fue un vuelo de acción cívica solidaria”. Añadió que ambas aeronaves llegaron a Rurrenabaque sólo con la tripulación sin policías ni militares.
Pagina Siete
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