Cuando los marchistas convocados por el Consejo Indígena del Sur (Conisur) llegaron a Colomi, el presidente Evo Morales apoyó explícitamente a los caminantes, que pretenden llegar a la ciudad de La Paz para exigir al Gobierno la construcción de la carretera de Villa Tunari hasta San Ignacio de Moxos (distante a varios kilómetros de Trinidad) atravesando el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS). Muchos nos preguntamos ¿por qué deben marchar hasta la Sede de Gobierno, si lo tuvieron al compañero Presidente dirigiéndoles la palabra? Era el momento de hacerle el pedido, desaprovecharon una gran oportunidad. Pero, también notamos cierta malicia en los políticos, porque les conviene curarse de la gran derrota del octubre negro del MAS, siendo pertinente políticamente el sacrificar a mujeres y niños en el cometido de llegar a la Sede de Gobierno para tener toda la fanfarria que opaque el grandioso recibimiento que tuvieron los habitantes del TIPNIS que llegaron a la ciudad de La Paz. El parque es bastante grande y con muchas comunidades originarias, donde están asentadas colonias y sindicatos con sembradíos de coca.
La política en sí es buena, pero convertida en politiquería carece de sentimientos y justifica los mecanismos para alimentar el “yo” íntimo de muchos líderes y dirigentes. Hasta el momento, no nos dicen el verdadero compromiso que tiene el Gobierno con la transnacional OAS que construye los tramos uno y tres de dicha carretera, aunque en un aparente suspenso momentáneo del tramo dos. Nadie se opone a la construcción de esa carretera que vinculará a los pueblos, por desgracia desconocemos las proyecciones o alternativas para el tramo dos, que a decir de nuestro Presidente en Colomi, “tiene que pasar por el TIPNIS”, discurso registrado y publicado en varios medios. Quienes defienden a la Madre Tierra no son “opositores” al Gobierno, sino que están cuidando el futuro, no sólo de la biodiversidad del Parque, sino de la vida misma de todo ser en nuestro suelo. La política con tanto secreto nos llevará a enfrentarnos entre humanos en lugar de facilitar la convivencia pacífica, elemento importante para desarrollarnos.
En un acto humanitario el Presidente debe dar un claro mensaje a los marchistas sin esperar que éstos lleguen a La Paz. Este tema todavía tiene muchos puntos para aclarar. Si ya tienen decidido la construcción de la vía, no sacrifiquen a la gente sólo por lograr un “pedido del pueblo”.
/opinion.com.bo
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