lunes, 17 de octubre de 2011

La primera derrota electoral de Morales se convierte en plebiscito en su contra


La oposición boliviana asestó al presidente Evo Morales la primera derrota electoral desde 2005, al convertir los comicios judiciales del domingo en plebiscito en su contra con votos nulos o en blanco que duplican a los válidos.

No hay resultados oficiales y el Tribunal Electoral, controlado por el oficialismo, avisó ya que no los habrá hasta el sábado 29, pero un recuento extraoficial de la red de televisión privada ATB adelantó que anularon el voto cerca del 45 %, depositaron sufragios válidos casi 38 % y votaron en blanco 17 %.

Morales, que prometía ganar con el 70 % de sufragios válidos y presumía de siete éxitos consecutivos en las urnas, no ha aceptado aún la derrota pero tampoco cantó victoria cuando pronunció anoche por televisión un breve y deshilvanado mensaje.

El mandatario evitó hablar de resultados, ignoró los reclamos de la oposición para anular los comicios y no respondió preguntas de los periodistas convocados supuestamente una supuesta rueda de prensa.

Prefirió destacar la gran asistencia de ciudadanos a las urnas, obviando que en Bolivia el voto es obligatorio y la abstención está penalizada, por lo cual la participación siempre es alta.

Son porcentajes sin precedentes en Bolivia, que no soñaban ni siquiera algunos rivales de Morales que promovieron los votos "de castigo" nulos o en blanco contra lo que denuncian como innumerables irregularidades en el proceso para elegir a los magistrados de los máximos tribunales.

Pero analistas y diplomáticos consultados por Efe en La Paz coinciden en que la oposición hará bien en no confundir la derrota de Morales con triunfo propio, porque el resultado se debe más a errores del mandatario que a méritos de sus adversarios.

Tras derrotar en los últimos años a la oposición de derecha y a los autonomistas de las ricas regiones orientales, el presidente se creyó con suficiente poder para acaparar los poderes del Estado, desconocer la legalidad e ignorar los reclamos incluso de quienes le votaban en el pasado.

Algunos analistas ironizan que Morales está forjando una nueva mayoría, pero ahora en contra, y destacan dos "autogoles" anteriores de este gobernante tan aficionado al fútbol, reelegido con 64 % de los votos en 2009 pero con la mitad de ese apoyo ahora, según las últimas encuestas.

El primero fue el "gasolinazo" de diciembre de 2010, cuando intentó subir los precios de los combustibles hasta en un 84 %, lo que originó una oleada de disturbios y protestas, obligándole a retirar la medida en lo que los bolivianos llaman el "reculazo".

El segundo "autogol" ha sido su violenta respuesta a los centenares de indígenas de la Amazonía que marchan desde el 15 de agosto y se niegan a que una carretera financiada por Brasil parta por la mitad la reserva ecológica del Tipnis.

La represión de la marcha el 25 de septiembre, con una brutalidad que incluso Morales calificó de "imperdonable", le hizo perder a muchos partidarios y aliados, que ahora le atacan, y causó una crisis de gobierno con los ceses de dos ministros, un viceministro y el subjefe de la Policía, entre otros.

El político centroizquierdista Juan del Granado, líder del Movimiento sin Miedo, uno de los muchos que han abandonado a Morales, dice que Bolivia "se ha pronunciado contra una gestión caracterizada por la soberbia y el autoritarismo (...) por la ineficiencia, el prebendalismo y la corrupción".

Y aún está pendiente la conclusión de marcha de los indígenas del Tipnis, que llegarán en pocos días a La Paz tras resquebrajar la cultivada imagen de Morales como ecologista e indigenista, según reconocen incluso sus partidarios.
La Paz, 17 oct (EFE)

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