martes, 4 de octubre de 2011

Indígenas avanzan sin pausa a La Paz bajo críticas de Evo Morales


Indígenas que rechazan una carretera en la Amazonía avanzan sin contratiempos hacia La Paz y generan más adhesiones de sindicatos obreros y campesinos, mientras el presidente boliviano, Evo Morales, criticó la caminata, tachándola de antidemocrática.

Unos 500 nativos que reiniciaron su protesta el sábado, seis días después de ser violentamente reprimidos por la Policía, llegaron este lunes al pequeño poblado de Palos Blancos, unos 230 km al noreste de La Paz.

Fernando Vargas, líder indígena, dijo a la AFP que "vamos a continuar con la marcha y vamos a llegar a La Paz, nuestra demanda contra la carretera se mantiene, porque no hay garantías de que el gobierno va a suspender su construcción".

"Nuestra posición es que se suspenda la obra por el medio del TIPNIS. No nos oponemos a la carretera, que el gobierno cambie el trazo, pero no aceptamos por medio del TIPNIS", agregó.

El TIPNIS es una reserva natural e indígena de 1 millón de hectáreas por donde el gobierno pretende atravesar una carretera que una los Andes con la Amazonía.

Como consecuencia de las protestas, el propio presidente Morales anunció la suspensión del proyecto carretero hasta tanto no se realice una consulta, pero eso no ha conformado a los indígenas, que quieres una decisión clara de que la ruta no se hará.

Según medios locales, unos 600 indígenas conformaban este lunes la marcha, aunque Cástulo Sejas, vocero de la Confederación Indígena de Pueblos del Oriente (CIDOB), organización que impulsa la caminata de protesta, dijo a la AFP que desde anoche "hay más hermanos que se están sumando".

Los nativos empezaron su protesta a fines de agosto en la amazónica ciudad de Trinidad y han recorrido unos 370 kilómetros. El pasado 25 de septiembre fueron reprimidos y dispersados por la Policía pero retomaron su marcha el sábado pasado, y calculan que en unos 10 a 15 días más estarían en La Paz.

La manifestación indígena cuenta con una fuerte adhesión de activistas sociales de izquierda, organizaciones ambientalistas y sindicatos campesinos y obreros, que se han solidarizado tras la acción policial que los dispersó.

La unitaria Central Obrera Boliviana amenazó al presidente Morales con un paro de 48 horas, tras el de 24 de la semana pasada, si no atiende los reclamos de los aborígenes.

El Poder Ejecutivo insistió en los últimos días que la marcha indígena tiene una motivación política.

"La marcha de los pueblos indígenas del oriente supuestamente era para defender los derechos de la madre-tierra, pero en realidad tiene como objetivo el fracaso de las elecciones judiciales de octubre y atentar contra la democracia", dijo Morales el domingo, durante un acto público.

El próximo 16 de octubre es la fecha de unas inéditas elecciones para elegir por voto popular a autoridades del Poder Judicial.

Ya en días pasados el gobierno había acusado a los indígenas de estar defendiendo intereses de un negocio ilegal de madera, y también les acusó de recibir apoyo del gobierno estadounidense.

Sindicatos campesinos progubernamentales también han anunciado para la próxima semana el inicio de una contramarcha, es decir, en oposición a la caminata de nativos y en apoyo al gobierno.

Morales llegó al poder en 2006 con un fuerte discurso indigenista, ecológico y de izquierda, razón por la cual ha recibido fuertes críticas por las medidas anti-ecológicas y anti indígenas que ha tomado en este caso.
AFP

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