Expresiones de rechazo genera hoy la posible instalación de una base militar estadounidense en Perú, orientada al control de las regiones amazónicas de este país y de Brasil.
Los analistas Carlos Tapia y Alberto Adrianzén rechazaron el proyecto, reiteradamente negado por el gobierno y denunciado esta vez, públicamente, por dos ex oficiales del ejército expertos en inteligencia.
Tapia y Adrianzén coincidieron en demandar un pronunciamiento del Ministerio de Defensa en torno a la denuncia de los oficiales retirados Jesús Suasnábar y Juan Castro, según los cuales Washington está a punto de lograr su objetivo.
Este lo busca encubierto en una base antidrogas en la región amazónica oriental de Loreto.
Según Tapia, la instalación será una amenaza a los procesos de cambio de Bolivia, Ecuador y Venezuela.
La base, dijeron los ex oficiales, será el núcleo de dominación de la Amazonía peruana y brasileña, con fuerzas multinacionales de intervención rápida, complementado con el proyecto de declarar a la zona Patrimonio Ecológico de la Humanidad, bajo administración estadounidense.
El área, agregaron, constituye la reserva de oxígeno y de neoplasma más grande del mundo y cuenta con enormes recursos de agua, apuntó Castro.
Suasnábar agregó que otro objetivo de la base es impedir la consolidación de un bloque energético que podrían formar Bolivia, Ecuador, Perú y Venezuela y al que teme Estados Unidos.
Adrianzén consideró que sería un gran error e inaceptable que el gobierno cambie de opinión y, tras rechazar la posibilidad de aceptar una base norteamericana, le diera luz verde.
Esa será una instalación de reemplazo de la existente en Manta, Ecuador, cuyo retiro decidió el gobierno de Quito.
El analista agregó que aceptar la instalación podría involucrar a Perú en el conflicto colombiano por el uso de la proyectada base para intervenir en ese país.
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