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El presidente de Bolivia, Evo Morales, aseguró ayer que su país no 'no rendirá cuentas a nadie' por su política antidroga y descalificó la consideración del Gobierno de Estados Unidos que el viernes dio a conocer que la 'cooperación boliviana ha sido desigual' bajo el Gobierno del líder indígena.
El mandatario calificó la certificación como una 'provocación' que es mejor 'no escuchar'. 'Esas certificaciones son una provocación, son un instrumento de colonización', añadió Morales, que se preguntó quién certifica o 'descertifica' a Estados Unidos. 'Que demuestre que hay una corresponsabilidad en la lucha contra el narcotráfico bajando la demanda (de cocaína)', insistió Morales durante un encuentro con un grupo de jubilados.
El informe estadounidense difundido el pasado viernes en Washington, señaló que la 'cooperación boliviana antidroga ha sido desigual', e insistió en criticar la 'tolerancia' del Gobierno boliviano hacia la expansión de los cultivos de coca. A estas afirmaciones, Morales respondió que no modificará su política de 'racionalizar' los excedentes de coca en acuerdo con los agricultores.
'Aquí hay lucha contra el narcotráfico sin violar los derechos humanos', dijo Morales tras señalar que su Gobierno no aceptará el rechazo de Estados Unidos a permitir que cada afiliado a los sindicatos cocaleros pueda cultivar libremente una cuota equivalente a una superficie de 40 metros cuadrados.
Según la ONU, los cultivos crecieron en 2006 un 8 por ciento hasta las 27.500 hectáreas situando a Bolivia en el tercer lugar de los países productores de coca después de Colombia y Perú. El Gobierno estadounidense atribuyó esa expansión a la flexibilidad de las políticas del actual Gobierno.
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