La más reciente denuncia del gobierno boliviano sobre la falta de transparencia de la cooperación norteamericana, reveló el rostro oscuro de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés). Las máximas autoridades del país andino alertaron de manera temprana sobre el destino incontrolable de finanzas que iban a consumirse en seminarios de grupos adversos al gobierno, y en debates sobre la llamada 'resistencia ideológica'. Ante la prensa acreditada, correspondió al ministro de la presidencia, Juan Ramón Quintana, exponer datos y evidencias incuestionables de todo un plan para desestabilizar al gobierno.
Quintana mostró cómo la ayuda estadounidense se realiza en dos vertientes: bilateral y oficial y otra que es unilateral.
En ese sentido, precisó que en la primera, el Estado boliviano tiene alguna participación en la identificación de áreas, pero bajo la condición de que participen Organizaciones No Gubernamentales, empresas y agencias norteamericanas.
Hasta la fecha, afirmó, ninguna institución gubernamental y mucho menos una entidad no gubernamental boliviana trabaja directamente con la cooperación.
En la modalidad bilateral, agregó, la ayuda se realiza sin contraparte ni control del ejecutivo, siendo de libre utilización y disponibilidad de la embajada de Estados Unidos en La Paz y de USAID.
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