TRINIDAD, Bolivia — Los indígenas de la Amazonía, que esta año pusieron en jaque al presidente Evo Morales con una larga marcha para impedir la construcción de una carretera, mostraron su preocupación y decepción con el mandatario por la crisis que vive su departamento, el Beni, donde un gobernador opositor fue destituido por el oficialismo.
Estos indígenas, que lograron hace unos meses que el gobierno suspendiera la construcción de una ruta que atravesaba un parque natural, ahora viven la crisis política del Beni, derivada de la destitución el viernes pasado del gobernador electo, Ernesto Suárez, por presunta malversación aunque la oposición señala que se trata de una persecución política.
"Nuestro presidente está fallando. El proceso de cambio no es un proceso de real beneficio para los pueblos sino para pequeños sectores", dijo a la AFP Pedro Gonzalo Vare, presidente de la Central de Pueblos Indígenas del Beni (CPIB), principal organización indígena local.
El dirigente nativo afirmó que los indígenas de tierras bajas "vamos a trabajar para crear nuestro propio instrumento político, porque hemos perdido la esperanza en este gobierno".
La relación entre los aborígenes de la Amazonía, los llanos orientales y los guaraníes (sur) y el presidente Evo Morales era firme cuando éste llegó al poder en 2006, al punto de que los indígenas eran parte de un pro gubernamental Consejo Nacional por el Cambio.
Pero la decisión del presidente de construir una carretera a través de una reserva indígena alteró las relaciones. Los nativos realizaron entre agosto y septiembre pasado una marcha a La Paz que obligó al gobierno a echarse para atrás, en un episodio que tuvo un alto costo para el mandatario.
Ahora el gobierno reaparece en Beni, esta vez con la policía, para garantizar la salida del gobernador opositor Suárez, y los indígenas consideran que hay un irrespeto al orden institucional.
Luis Tamo, Corregidor del Cabildo Indígena Trinitario, declaró que los indígenas "nos sentimos defraudados porque Evo Morales no nos está escuchando" y se preguntó "¿qué más nos queda?... buscar a alguien que de verdad nos escuche."
Los indígenas amazónicos tienen en Trinidad, capital del Beni, su cuartel general y ahora están en una posición política intermedia, entre la derecha local y el izquierdista Morales.
Trinidad, de unos 100.000 habitantes, respira por ahora tranquilidad por las fiestas de fin de año, a pesar de la destitución en la Asamblea regional de Suárez.
En las calle aflora el resentimiento contra el gobierno de Morales que -según la oposición- forzó la salida del gobernador y que incluso abrió la posibilidad de su detención y traslado a La Paz.
"A don Ernesto (Suárez) no se lo llevan del Beni" afirmó tajante a la AFP don Lucio, un hombre entrado en años que fuma tabaco en la plaza de armas.
Hay algunos policías en las calles, una escena diferente a los anteriores días, cuando los uniformados usaron la fuerza para dispersar protestas civiles opositoras.
La necesidad de buscar liderazgos alternativos no sólo es expresada por los indígenas amazónicos sino también por la oposición.
"La única forma de vencer al presidente Morales es a través de la unidad; no con candidaturas presidenciales paralelas", dijo a la AFP el removido gobernador Suárez.
Beni es un departamento con población reducida pero su peso político se debe a que, al igual que las otras ocho regiones del país, tiene cuatro senadores.
Morales sufrió el bloqueo del Parlamento, cuando no tenía control del Senado en su primera gestión (2006-2009), pero desde 2010 lo maneja sin trabas.
Morales, además, domina las regiones andinas La Paz, Oruro y Potosí, en el este, los valles de Cochabamba y con dificultad a Chuquisaca (sureste), Tarija (sur) y Pando (norte).
Sin embargo aún no ha podido doblegar a Santa Cruz, el departamento más próspero del país, y Beni, cuyas élites empresariales y políticas actúan en consonancia.
Las elecciones en Bolivia están previstas para 2014. Morales figura como principal líder nacional, aunque su popularidad ha bajado de más de 70% a menos de 40%, según sondeos privados. En contrapartida la oposición carece de un líder que pueda hacerle frente.
AFP
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