martes, 25 de octubre de 2011

Las arterias negras del TIPNIS

Dany Jimenez* para HidrocarburosBolivia.com - Fueron 67 días que los marchistas del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure caminaron por senderos hostiles en clima, topografía y a veces de colectivos sociales que buscaban detenerlos por la fuerza. Al final, arribaron a La Paz el jueves 20 de octubre como una columna de mártires defensores de la Madre Naturaleza, como héroes que superaron mares infranqueables de obstáculos con un par de muertos en esa temeraria odisea.

Esta hazaña reavivo la memoria histórica de aquellos indígenas que en 1990 marcharon hacia La Paz exigiendo tierra y territorio, siendo los pioneros de este tipo de protesta y acostumbrando a la sociedad a conseguir demandas con acciones sensibles que responden a estrategias pacificas de alto impacto mediático. Los indígenas del 90 consiguieron la transformación del Parque Nacional Isiboro Sécure (PNIS) en Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), que los actuales marchistas defienden como su casa grande.

Los medios de comunicación actuaron como un poderoso soporte de resonancia de la marcha del TIPNIS, sin embargo, tras el serio cuestionamiento por la posible construcción de un tramo carretero que atraviese este territorio indígena se ocultan intereses petroleros que ya venían configurándose desde hace más de cuatro años.

Veamos, de que se trata todo esto.

El 4 de noviembre del año 2004 se aprobó el primer decreto supremo, con el número 28467, que entregó 11 áreas reservadas a YPFB en bloques que se sobreponen a áreas protegidas, ubicados en Madidi, Madre de Dios, Sécure y Aguaragüe, en una superficie total de 1.580,370 hectáreas.

Más tarde, el 13 de mayo del año 2007, en el actual gobierno, se aprobó el Decreto Supremo 29130, por el que se ratifican las 22 áreas entregadas a YPFB el año 2004 y se le conceden otras 10. En total, el Gobierno del MÁS autoriza a YPFB a trabajar en 21 áreas que se sobreponen a áreas protegidas.

Luego, el 9 de agosto el año 2007, el Decreto Supremo 29226 amplía a 33 las áreas reservadas para YPFB, y prácticamente duplica la extensión de territorio con una superficie disponible de 2.991,971 hectáreas.

En resumen, tres decretos supremos, dos de ellos aprobados en la actual administración de gobierno, autorizan a Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) a incursionar en más de 6 millones de hectáreas de áreas protegidas, que incluye dos zonas del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS).

Pero la armadura legal para intervenir áreas protegidas, aún se completaría con la promulgación del Decreto Supremo 0676 promulgado el 20 de octubre del año 2010. Esta norma aumenta a 56 las áreas otorgadas, concedidas y adjudicadas a YPFB en zonas tradicionales y no tradicionales para tareas de exploración y explotación de hidrocarburos.

Estas 56 áreas reservadas representan algo más de 1,5 millones de hectáreas que el gobierno boliviano ofrece a compañías petroleras que quieran trabajar en asociación con YPFB para explorar y explotar hidrocarburos, de las cuales más de 723 mil hectáreas corresponden al TIPNIS.

En agosto del presente año, el titular del Ministerio de Hidrocarburos afirmo que en el TIPNIS existía petróleo pero era imposible cuantificarlo, de
igual manera posibles reservorios de gas, hasta que no se hagan pruebas de sísmica y estudios complementarios que exigen intervención humana en la zona. Por ahora, de acuerdo a las declaraciones del presidente de YPFB, Carlos Villegas, sólo se han efectuado estudios de aeromagnetometría y aerogravimetría; es decir, toma de datos desde un avión que no tienen ningún impacto físico-ambiental en la zona. El señor Villegas también ha sido enfático al decir que no se harán estudios de exploración en el TIPNIS, debido a que las estimaciones de reservas de hidrocarburos serian muy bajas y no justifican inversión directa. Sin embargo, las actividades petroleras en zonas aledañas al Parque continuaran, pues no se sobreponen a ninguna área protegida.

Existen, de acuerdo a un mapa elaborado por la estatal del petróleo boliviano, YPFB, cuatro grandes áreas de exploración que se sobreponen parcialmente al TIPNIS; la de Rio Hondo, la de Chispani, la de Sécure y la de Lliquimuni. En esta última se han constatado importantes reservorios gasíferos y petroleros en faenas llevadas a cabo por Petroandina; una SAM creada entre YPFB y PDVSA de Venezuela.

Si bien aún faltan estudios técnicos sobre el potencial petrolero en el TIPNIS, la ONG CEDLA, presento el documento denominado “Compendio de Espacio-Mapas de TCO de tierras bajas”, donde revela que el 27,5% del TIPNIS fue declarado por la actual administración de gobierno como área de aprovechamiento de hidrocarburos. Esta proporción equivale a 358.451,97 hectáreas que forman parte de un territorio integral de 1.303.647,14 hectáreas.

Del total del TIPNIS, el 9,8%, equivalente a 127.757,42 hectáreas fueron entregadas a la sociedad formada por las compañías Petrobras y Total de Francia. Esta zona se encuentra localizada al oeste del TIPNIS, incluida en el área Río Hondo.

La otra área, denominada parte central, abarca el 17,7% del TIPNIS, equivalente a 230.745,54 hectáreas y fue otorgada a SAM Petroandina, mediante contrato de exploración y explotación en julio del 2008 a través de la Ley 3911. La zona forma parte del área Sécure, que atraviesa el corazón del parque nacional.

Estos datos resultan particularmente importantes porque muestran en perspectiva las dimensiones que la actividad petrolera está tomando en Bolivia. Los últimos años la tendencia exploratoria se ha movido a las áreas protegidas, presionando sobre ellas, amenazando su biodiversidad, pero a la vez generando estados de parálisis denominados “fuerza mayor”; referidos a situaciones en que no se puede intervenir físicamente en áreas específicas hasta no completar los procesos legales que involucran consultas a actores locales y estudios ambientales en este tipo de zonas.

Todo lo dicho anteriormente se podría resumir diciendo que “El TIPNIS no se toca”, y no se toca, desde la perspectiva de los pueblos que lo habitan; Mojeño, Yuracaré y Chimán porque es un pulmón natural del país, es su hogar y fuente de biodiversidad. Pero desde la perspectiva del gobierno la cuestión es distinta.

El TIPNIS no se toca porque son mínimos sus recursos de hidrocarburos. Sin embargo, no se puede ocultar que las necesidades energéticas de Bolivia cada vez están creciendo y el país no puede dar una respuesta satisfactoria al panorama actual y menos aun al incierto panorama futuro.
Recientemente, YPFB decidió ajustar su Plan de Exportación 2011-2020, en el que contempla perforar 39 pozos, estimando inyectar 7,79 TCF a las reservas de gas natural, 117,31 millones de barriles de condensado y 29,39 millones de barriles de petróleo con una inversión de 1.073 millones de $us.

En opinión de Álvaro Ríos, ex ministro de hidrocarburos de Bolivia, YPFB maneja erróneamente el negocio petrolero, pues planifica perforaciones y producción futura y no garantiza mercado para esos volúmenes. El especialista sentencia que si no se intensifican las tareas exploratorias, hasta el 2017 el país podría quedarse sin gas para Brasil y Argentina, y el mercado interno seria desabastecido.

La polémica por actividades petroleras en el interior del TIPNIS solo es reflejo de la creciente preocupación de YPFB y el gobierno boliviano de atender el crecimiento de la demanda interna y los compromisos graduales con Argentina. La lógica es buscar más gas y petróleo en la mayor cantidad de territorio posible.

Así y solo así se explica que haya aumentando el número y superficie total de áreas reservadas en los últimos 7 años, de 11 a 56. También, que en la actualidad existan 53,5 millones de hectáreas de interés petrolero (el 48,7% de la extensión de Bolivia), de las cuales el 90,8% se encuentra en la denominada Zona No Tradicional y apenas un 5,2% corresponda a áreas exploradas y explotadas a través de contratos de operación.

De todos modos, es posible que en un futuro cercano se activen nuevos conflictos sociales en otras áreas protegidas, si los resultados en zonas disponibles no dan fruto.

Por ahora, “El TIPNIS no se toca”, la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos no atravesará su corazón, los trépanos petroleros no penetraran su piel y los indígenas pueden dormir tranquilo. Una victoria en una batalla que de ninguna manera asegura que la guerra por la sed de hidrocarburos del Estado vaya a generar otros y peores conflictos en los tiempos venideros.

/www.hidrocarburosbolivia.com/

No hay comentarios.: