Fuente: Además de la libre importación de productos alimenticios, el gobierno de Evo Morales decretó la prohibición de la exportación de harina de trigo, arroz, maíz y aceite, para frenar la inflación y la escasez.El gobierno de Bolivia aprobó ayer dos decretos supremos con el objetivo de garantizar la seguridad alimentaria en el país. El primero abre las puertas para la importación directa de cualquier producto, dada el alza de los precios, y el segundo cierra las puertas a la exportación de granos y carne de res.
La inflación en octubre llegó a casi el triple de lo previsto inicialmente para todo el año. Según el Instituto Nacional de Estadística, la inflación fue del 1,3 por ciento en octubre pasado y sumó 9,7 por ciento en los primeros diez meses de 2007, casi el triple del 3,7 previsto inicialmente por el gobierno para todo el año.
La norma declara la libre importación de cualquier producto “en caso de necesidad, debido al alza de precios de los alimentos básicos”.
El gabinete ministerial aprobó otro decreto que “suspende temporalmente” la exportación de harina, trigo, arroz, semilla de arroz, maíz en grano y carne de res para evitar el desabastecimiento y controlar la subida de precios.
Además, dispone “el registro obligatorio de rubros alimenticios como arroz, maíz, trigo, carne de res, tomate, papa, azúcar y aceites en el Registro de Exportaciones que habilitará el Ministerio de Producción”.
En ese marco, la ministra de Desarrollo Rural, Susana Rivero, anunció la primera importación de 10 mil toneladas de arroz con respaldo en el decreto que garantiza el abastecimiento de este producto en el país.
El ministro de Hacienda, Luis Arce, confirmó que las medidas están destinadas a disminuir el ataque especulativo de precios.
La importación, con arancel cero, de arroz, maíz, aceite de soya y fracciones, trigo y derivados, y carne de res queda ampliada hasta el 31 de mayo del 2008.
Para el gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez, el Gobierno no está resolviendo los problemas centrales de la economía, “sólo está atacando las superficialidades”. El ejecutivo aseguró que estas medidas son de carácter reactivo y no incentivan a los agricultores para que produzcan más alimentos.
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